VULNERABILIDAD. Así, en mayúsculas.

Photo by Isai Ramos on Unsplash

Tengo ya más de dos años de escuchar “Se regalan dudas“, un podcast conducido por Ashley Frangie y Lety Sahagún, el cual ha ganado popularidad en el público hispanoparlante por acercarse a temas diversos, en su mayoría los relacionados con balance emocional, amor propio y relaciones, con mucha franqueza y derribando prejuicios acerca de éstos.

Había escuchado de Brené Brown porque ellas la mencionan o aluden sus charlas y / o libros en algunos episodios. Pero fue hasta el 31 de diciembre que empecé a leer fragmentos de su trabajo por casualidad: ella recomienda uno de los libros de Adam Grant, “Think Again: The Power of Knowing What You Don’t Know“, que estoy interesada en leer. Sin embargo, quedará en mi listado de “To Be Read” porque ahora leeré primero los de Brené Brown.

Apenas unas horas antes de iniciar el año 2022 sentí una explosión en mi mente mientras leía más y más sobre lo que Brené, una investigadora en el campo de las ciencias sociales, ha trabajado por más de 20 años.

Mientras más leía, más me hacía click devolviéndome una sensación de balance y cordura: ella, de manera sistematizada, ordenada y profesional, logró desenmarañar el nudo de ideas que me han estado revolviendo la cabeza por más de 9 meses. Logré nombrar emociones e identificar un patrón de conducta que me resultó tan familiar, tan mío, qué no pude contenerme de buscar sus libros en Amazon, sus canales sociales, su sitio web y todo en donde pudiera continuar absorbiendo toda esa información que tan meticulosamente ella ha recabado, estudiado y compartido a través de los últimos años.

Incluso, anoche, mientras pasaba otra noche de insomnio (probablemente porque inconscientemente si estoy ansiosa por la operación del jueves), recordé que había leído en algún sitio que había un documental de ella en Netflix. Así que a las 3 a.m., entre lo frío de mis sábanas, me acomodé a verlo con tal atención como que hubiera sido de día.

Sobra decir que entre risas y muchas lágrimas, cada palabra de su charla me llegó a lo más profundo de mis emociones. Debo confesar que la encuentro un poco histriónica para mi gusto… si, sin embargo, finalmente me sentí comprendida después de un año vertiginoso de emociones a flor de piel: me atreví a ser vulnerable como nunca antes lo había sido.

Mientras ella compartía ejemplos de personas que le han contado cómo se han atrevido a ser valientes al asumir su vulnerabilidad, yo solamente podía recordar cada momento, palabra, texto y mensaje en el que corrí el velo de mi propia alma y me atreví a mostrarme como soy.

Y si, exactamente como los ejemplos que ella mencionó, la vulnerabilidad no me llevó necesariamente a lo deseado, sino al contrario, provocó rupturas, caos y mucho dolor. Pero hoy puedo decir con la frente en alto: si, estuve en arena, me atreví a actuar, y aquí estoy, enlodada y recuperando el aliento pero satisfecha por sentir y quebrar un poco más la coraza del ego.

Aunque no puedo enumerar todo lo que me habló directamente, porque entonces tendría que transcribir toda la bendita charla, resalto en especial lo siguiente:

  • No quiero ser amada a pesar de mis errores y lado oscuro, quiero ser amada por mis errores y lado oscuro.
  • Sin vulnerabilidad no hay conexión. Sin vulnerabilidad no hay pertenencia, no se logra realmente la intimidad
  • Elijo ser valiente en vez de sentirme cómoda. La vulnerabilidad es la mejor forma de medir cuán valientes somos. La vulnerabilidad NO es debilidad.

En algún lugar de mi mente…

...hay una conversación que se repite una y otra vez, en medio de un vehículo en movimiento en alguna carretera olvidada por Dios, que terminó de aplastar mi corazón. Pero en ese momento no pude hacer más que tragarme las palabras, las lágrimas, o como diríamos en buen chapin, hacerle huevos (después de todo, faltaba como 1.5 hr más de camino) y consolarme a mi misma en mi mente.

Claro, me daba yo misma palabras de aliento entre uno que otro auto – insulto tipo “qué chingados estás pensando en decir semejante cosa…! ¿no te da vergüenza?“. Y aunque no supe en ese momento ordenar mis pensamientos como ahora, si logré decirme finalmente a mi misma:

tranquila, estás siendo honesta contigo y con la otra persona. No tienes por qué avergonzarte de quién eres o de lo que sientes. Si toca pasar un rato colorado y no escuchar la respuesta que deseabas escuchar, a hacerle huevos m’hija“.

… y aquí estoy. Más sabia, pero no más dura. Más viva que nunca, con un corazón que late y siente.

Puedes ver esta charla de Brené Brown, “La llamada de la valentía”, en Netflix.

“If you’re not in the arena also getting your ass kicked, I’m not interested in your feedback.” – Brené Brown

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